martes, 26 de marzo de 2013

En la frontera


"Ver a Dios en todas partes es no verlo en ninguna. Vivimos día a día, un día igual al siguiente, y luego un buen día, sin previo aviso, topamos con un hombre o vemos a un hombre al que ya conocemos y es un hombre como cualquier otro, pero que hace de sí mismo un determinado gesto que equivale a amontonar nuestros propios bienes sobre un altar, y en este gesto reconocemos lo que está sepultado en nuestros corazones y realmente no está perdido ni lo estará jamás. Y entonces, comprendes. Este mismo momento. Es esto lo que anhelamos y tenemos miedo de buscar, y es lo único que puede salvarnos."
En la frontera. Cormac McCarthy, 1994

martes, 29 de enero de 2013

El libro de las ilusiones. Paul Auster

-Todos tenemos que morirnos, señor Zimmer, me dijo.


¿Qué le hace pensar que se va a morir en un avión? Si nos fiamos de lo que dicen las

estadísticas, tiene usted más posibilidades de morirse sentadito en su casa.

-No he dicho que tuviese miedo a la muerte, puntualicé, sino que me daba miedo subirme a un

avión. Que no es lo mismo.

-Pero si el avión no se va a estrellar, ¿por qué se preocupa usted?

-Porque ya no tengo confianza en mí mismo. Tengo miedo de perder los nervios, y no quiero dar

un espectáculo.

-Me parece que no le entiendo.

-Me imagino que subo al avión y, antes de llegar siquiera a mi asiento, me vengo abajo.

-¿Que se viene abajo? ¿En qué sentido? ¿Se refiere a venirse abajo mentalmente?

-Sí, me vengo abajo delante de cuatrocientos desconocidos y pierdo la cabeza. Me vuelvo loco.

-¿Y qué se imagina que hace?

-Depende. Unas veces grito. Otras, me pongo a dar puñetazos a la gente en la cara. Otras, voy

corriendo a la cabina de mando y trato de estrangular al piloto.

-¿Y nadie se lo impide?

-Claro que sí. Se aglomeran a mi alrededor, forcejean conmigo y me tiran al suelo. Me dan una

paliza de muerte.

-¿Cuándo fue la última vez que se metió usted en una pelea, señor Zimmer?

-No me acuerdo. De niño, supongo. Cuando tenía diez o doce años. De esas cosas que pasan

en el patio del colegio. Por defenderme del matón de la clase.

-¿Y por qué piensa que va a empezar a pelearse ahora?

-Por nada. Sólo tengo ese presentimiento, eso es todo. Me da la sensación de que si algo me fastidia

un poco, no voy a poder contenerme. Puede pasar cualquier cosa.

-Pero ¿por qué en los aviones? ¿Por qué no tiene miedo de perder el dominio de sí mismo en

tierra firme?

-Porque los aviones son seguros. Todo el mundo lo sabe. Los aviones son seguros, rápidos y

eficaces, y una vez que estás en el aire, no puede pasarte nada. Por eso tengo miedo. No

porque crea que me voy a matar..., sino porque tengo la seguridad de que no me voy a matar.

-¿Ha intentado suicidarse alguna vez, señor Zimmer?

-No.

-¿Lo ha pensado alguna vez?

-Claro que lo he pensado. Si no, no sería humano.

-¿A eso es a lo que ha venido? ¿Para marcharse de aquí con la receta de una droga agradable

y eficaz que le permita suicidarse después?

-Lo que busco es la inconsciencia, doctor, no la muerte. Las pastillas me harán dormir, y

mientras esté inconsciente no tendré que pensar en lo que estoy haciendo. Estaré y al mismo

tiempo no estaré allí, y en la medida en que no esté allí, estaré protegido.

-¿Protegido de qué?

-De mí mismo. Del horror de saber que no va a pasarme nada.

-Espera usted un vuelo tranquilo, sin incidentes. Sigo sin ver por qué tiene miedo.

-Porque lo tengo todo a mi favor. Voy a despegar y aterrizar sano y salvo, y una vez que llegue a

mi destino bajaré del avión vivito y coleando. Mejor para mí, dice usted, pero con eso no haría

sino escupir en todas mis convicciones. Insulto a los muertos, doctor. Reduzco una tragedia a

una simple cuestión de mala suerte. ¿Me entiende ahora? Le digo a los muertos que han

muerto para nada.

lunes, 7 de mayo de 2012

Reír

Oigo cómo se ríen. Y su risa, que se oye un poco de lejos y cuya intensidad se pierde al rebotar en puertas y paredes, me llega entera y clara. Sé que es sincera, que se quieren. Y entonces me doy cuenta de que la vida es una cosa de puta madre.

viernes, 6 de enero de 2012

Explicit Contents



Yo he visto cosas que vosotros humanos
no creeríais. He visto a mi mejor amigo quedarse sin voz en un
ensayo de Impromptu después de tocar la guitarra y cantar Move on
de Jet y descojonarse acto seguido mientras decía: “Tío, això
no ho puc fer al concert!” y yo le convencía con poco éxito
pero él lo hacía, al día siguiente. También le he visto grabar
las baterías de un LP de depop sin saberse prácticamente ni una
canción. Y he visto al tío ahí, estupefacto y sin arrugarse,
trazar, dibujar e interpretar la batería de más de quince canciones
en un tiempo récord. Le he visto irse. Y le he visto en su salsa,
detrás de una batería, pero la salsa no era suya, era de otro que
no tenía salsa ni salero ni sangre. Y él no hacía más que querer
poder y creer en que lo que hacía era posible y bueno. Le he visto
salir de detrás de esa batería, dejando una silueta que le persigue
en cada paso que da como la fiel sombra de Peter Pan, para cruzar un
mar estrecho que desembocaba en un océano de tiempo y cosas por
hacer. Y va el cabrón y las hace, y sin querer o queriendo nos da un
repaso a todos del “Life and how to live it”. Le he visto coger
la guitarra de nuevo, y convencido de voz y madera y espíritu se ha
plantado ante mí -ante nosotros, humanos- y nos ha mostrado cosas
que están reservadas a los grandes. Le veo -no le he visto-
encerrado en su apartamento de las islas con la tabla de surf aún
mojada reposando en la pared, revisando una y otra vez esa parte
indescriptible de The Writer, y volviéndose loco, por que no
hay para menos. O decidiendo que ese verso de Luca, my grey es
muy duro, muy intenso y todo lo que tú quieras, pero que la canción
sin eso se irá a la mierda. Y luego le he visto hoy tocando en el
bar de toda la vida -el rey ha muerto, viva el rey- y he pensado que
yo he visto cosas que vosotros humanos no creeríais.

lunes, 17 de octubre de 2011


Nunca he sido un gran fan de Terrence Malick. Vi Badlands hace mucho tiempo y recuerdo que me gustó, pero tan sólo recuerdo la sensación. Tras Badlands vi no hace mucho Días del Cielo, y me pareció un peñazo insufrible. Hace unos días vi El árbol de la vida y me pareció una película muy muy buena. Cargándose todos los cánones de ritmo y estructura Malick nos explica, en esencia, la historia de la vida, su origen y desarrollo, y cómo la evolución nos ha hecho plantearnos las grandes preguntas de la historia. Todo esto sirviéndose como hilo argumental de una familia de Texas, encabezada por un enorme Brad Pitt – ¿caracterizado a lo Marlon Brando en El Padrino, quizás?- en el papel de un padre severo e inflexible, eterno candidato al campeón absoluto del American Way of Life. Le acompaña como su esposa una bellísima y delicada Jessica Chastain, aportando la sensibilidad y dulzura de la que carece su marido. Sus hijos irán descubriendo poco a poco como la maldad y la bondad, representadas por el padre y la madre respectivamente van forjando su carácter. A través de los ojos de un niño Malick consigue asombrarnos con la presentación de los conflictos internos a los que supongo se enfrenta todo ser humano en algún momento de su vida –“¿Por qué soy bueno? ¿Por qué soy malo? ¿De dónde procede mi capacidad para causar dolor a los demás?”- muy filosóficos todos ellos, en ocasiones demasiado profundos hasta para los espectadores más tolerantes. Tratada visualmente con una factura llena de poesía y color, El árbol de la vida es tan peñazo como Días del Cielo y tan novedosa en el tratamiento de sus temas, personajes y ritmo –lento, lento- como lo pueda ser la mejor peli de Malick –posiblemente ésta misma. Eso sí, para amantes del cine, abiertos de mente y vacíos de prejuicios y que tengan más paciencia que un santo.


Una decepción. Esta vez a José Luis Cuerda le ha pasado algo raro. Tras una pequeña joya como La lengua de las mariposas, Cuerda abandonó el ambiente de la Guerra Civil Española para trasladarse al presente con La educación de las hadas, que exceptuando a Darín no valía nada. Hace unos años regresó a la ya tan manida, sobada, revisada y revisitada cientos de veces, la puta Guerra Civil Española, con Los girasoles ciegos. Basada en una novela homónima, bastante buena, de Alberto Méndez, que se estructuraba en 4 relatos o “derrotas” , el guión firmado por el propio Cuerda y Rafael Azcona ha pasado por alto momentos y tramas del libro en beneficio de otros personajes. De este modo la trama se centra en los personajes de Javier Cámara, Maribel Verdú y Raúl Arévalo, interpretando a un rojo, su mujer y un diácono en crisis vocacional respectivamente. Con una trama previsible –se haya leído uno el libro o no- y una puesta en escena no muy afortunada, la interpretación de los actores es de lo único que se salva. En especial la de Roger Príncep que, como buen niño, hace lo que puede en un festival de la sobreactuación encabezado por Arévalo, (que emite un tenue destello puntualmente en alguna escena con Maribel Verdú) y Cámara como el prisionero en su propia casa (que más que en su propia casa, parece que sea prisionero de la película). Total, bastante desastre. Más teniendo en cuenta que hay pelis sobre el tema como para aburrir, y bastante mejores. Se la pueden ahorrar si quieren.

Por cierto, un abrazo al autor de theguaguasandthepapas.blogspot.com. Sólo por el nombre que le ha puesto al blog se merece esta mención y recomendación que desde aquí hago a todo aquel que me lea en algún momento.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Pasado y presente

El viernes fuimos a ver ésta a la Filmoteca en BCN. Es, sin duda, una de las grandes pelis de la historia del cine americano. Tres interpretaciones en manos de tres actores poderosos, con verdad y con humanidad nos transmiten sus inquietudes, sus miedos y la incomprensión que sienten respecto al mundo que los rodea. Ver a James Dean, Natalie Wood o Sal Mineo en pantalla grande no tiene desperdicio alguno. Está llena de escenas memorables e imperdibles, que han influenciado a otros muchos directores. Las escenas del planetario, el “chicken run” o sobre todo, la tensa e intensísima secuencia de James Dean con su familia son de lo más antológico. Y no vale que vengáis diciendo “Si la ponen en La Sexta 3 hasta hartar”. Ya, pero por muy grande que sea tu tele, no tiene nada, nada que ver con verla en una sala de cine. Las entradas valen máximo 3 € y la ponen el miércoles 7 de septiembre a las 22.00 h y el domingo 11 de septiembre a las 19.30 h. Aquí tenéis la Info necesaria. Los que vayáis me decís qué os ha parecido, ¿de acuerdo?



La del sábado no fue peor. Pero superar a Rebelde sin causa no está al alcance de todo el mundo. J.J. Abrams y Spielberg se han aliado para ofrecernos Super 8, una buena dosis de cine palomitero –en el mejor sentido de la palabra-, pero lo han revestido de ese clasicismo nostálgico que nos recuerda a películas míticas como Los Goonies, E.T. y Encuentros en la tercera fase, por citar las más cercanas. Adaptando el ritmo a las necesidades de hoy en día –en la peli siempre están pasando cosas- Super 8 combina elementos de las pelis anteriores para transportarnos cómodamente a las salas de cine de nuestra infancia: ciudad pequeña de USA, niños en bici, situaciones emocionantes y emotivas, su dosis de ternura necesaria y acción. Pero acción de la chula, chula. A destacar del elenco a una preciosa niñita de 13 años llamada Elle Fanning, hermana de Dakota, que debutó en Yo soy Sam con sólo dos añitos. Abrams siempre me ha gustado: ha hecho sólo 3 películas: Mission Impossible 3 –muy, muy buena película-, Star Trek –muy bien también- y Super 8. Sin ser una obra maestra, vale la pena. Y ya era hora coño, que el cine es muy caro. Que luego no se me extrañe nadie que la gente piratee las pelis. Poned la entrada más barata, gilipollas.

viernes, 2 de septiembre de 2011

Gimme Shelter



Desde hace unas semanas estoy enganchado a esta canción.
No creo que se me entienda, pero esta canción me recuerda a la música.
Y a los músicos.
En especial aquellos con los que he tocado.
Gracias a todos, por todo.

"If I don't get some shelter, Oh, yeah, I'm gonna fade away
War, children, it's just a shot way, it's just a shot away"